Mañana mañanera

Ésta vez, al empezar a reflexionar sobre lo tratado en este tema (en este caso la hora del cuento), no tengo entre mis manos ni una taza de té bien calentito, ni un helado fresquito que amaine este sofocante calor, pero es por la mañana, estoy sentada en mi bonito patio y los pajarillos ya se han despertado y me acompañan de fondo, por lo que igualmente, creo que es un buen momento para contaros mi opinión a cerca de este bloque.


Para empezar, he de decir que es un bloque con el que he disfrutado mucho, ya que considero que tanto contar cuento, como narrarlo o cómo leerlos es una de las acciones más bonitas que existen, por lo que cualquier momento en la vida para mejorarlo o para aprender un poquito más, siempre es bueno.


En él, hemos aprendido como mejorar las técnicas respecto a la hora del cuento en un aula, y las considero todas imprescindibles, ya que creo que es un momento muy mágico en una jornada de clase.


Cuando sea maestra, sé que inculcare a mis niños de tal forma que deseen con fervor ese momento, ya que sabrán que es un momento que se acercan a los libros a través de mí, que es otra manera, también, de disfrutar de un buen cuento. Por lo tanto, intentaré no dejar nunca de mejorar y de aprender nuevas técnicas día a día, aprendiendo no solo de lo que me puedan enseñar en el exterior, sino simplemente de sus reacciones, aprendiendo de ellos mismos, que creerme si o digo que es cuando más se aprende (más ahora que sí lo puedo decir habiéndolo experimentado yo misma).


Así que confío que cuando llegue ese día en el que pueda vivir la realidad de un aula en primera persona, realmente mis expectativas se cumplan y pueda disfrutar con mis pequeños todos los días, tanto ellos conmigo como yo con ellos.