jueves, 5 de julio de 2012

Cuento un cuento



La actividad que voy a relatar a continuación, he de decir que es de los momentos más esperados por mí a lo largo de la asignatura. 


La actividad consistía en juntarnos por grupos de tres para trabajar cada uno una estrategia de cuento, por lo que, sin duda alguna, elegí  la estrategia del cuentacuentos. 


Desde siempre me ha apasionado contar cuentos,y me encanta mejorar cada día aprendiendo nuevas técnicas o simplemente aprendiendo de mis fallos, por lo que consideré que sería una buena oportunidad para no sólo valorarme a mi misma, sino ser valorada por mis compañeras. 


Así que me puse manos a la obra a buscar algún cuento que me llamara la atención, o simplemente a rebuscar en mi memoria alguno que siempre me guste contar. Sin embargo, no llegué a encontrar el cuento que creía indicado para la ocasión, por lo que decidí utilizar mi imaginación. 


Previamente a la clase, fui pensando de qué podría tratar el cuento, y me hice un esquema mental con las ideas y la estructura principal. Sabía que el cuento iba a ser de un pequeño ratoncito con ganas de vivir aventuras e ir a la ciudad, y que allí se enamoraría de una bella ratoncita en apuros, pero aún no sabía exactamente los detalles ni qué viviría exactamente por el camino mi ratoncito, pero eso decidí dejárselo a la magia de la improvisación. 


Y así fue. Conforme comencé a contar el cuento, empecé a describir el lugar sin haberlo pensado previamente, y comencé a imaginarme mil aventuras de las cuales elegí solo unas cuantas para no extenderlo en exceso... Empecé a detallar pequeños momentos en los que bien contados, producen disfrute al oírlos, hasta que llegué a la ciudad y el ratoncito salvó a su dama en apuros. Sin embargo, no se quedó ahí, ya que mientras contaba el cuento, se me ocurrió que el ratoncito siempre había tenido un complejo, y era ser el ratoncito más pequeño del lugar, y al salvar a su ratona, se dió cuenta de que a pesar de su altura, era capaz de muchas más cosas de las que creía, por lo que, sin apenas darme cuenta, le dí un contenido añadido al cuento el cual puede hacernos pensar un poco. 


Pero vallamos a lo que dijeron mis compañeras de mi interpretación del cuento. Por lo general, yo ya iba observando sus caras de emoción y de asombro cuando iba cambiando el ritmo del cuento, cuando las sobresaltaba, cuando llegaba alguna parte... por lo que imaginé que al menos mi objetivo estaba siendo cumplido, el objetivo de introducirlas en el cuento hasta que olvidaran todo su alrededor. Así que al terminar,ambas me dijeron que les gustó mucho mi expresividad a la hora de contarlo, el tono de voz adecuado a cada momento y lo emocionada que me veían. Como pequeño fallo, me comentaron que quizás en algunos momentos hablé demasiado deprisa, por lo tanto, agradecí que me lo dijeran y me lo apunté para futuras ocasiones.


Respecto a mis compañeras, ambas supieron desenvolverse muy bien, llegando incluso a sorprenderme en algunos aspectos que pensé que quizás flaquearían un poco. Me encantó como narraron y leyeron el cuento, por lo que al finalizar, les dije los aspecto más positivos y alguno negativo que, quizás, en mi opinión, debían mejorar.


Y por último, en relación a cómo yo me ví, puedo decir que también me sorprendí bastante, ya que pocas veces he contado un cuento a un grupo tan reducido, y a veces, por curioso que parezca, intimida más. Sin embargo, estuve muy relajada(a excepción de las pequeñas mariposillas del comienzo) y sobretodo muy a gusto con la reacción de mis amigas y mi inmersión en el cuento. 


PD: Al haber estado trabajando en una granja escuela, he podido poner en práctica el cuento con peques de 4 añitos, y el resultado fue maravilloso :) 

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