miércoles, 4 de julio de 2012

Cuéntame un cuento, mamá.




Eran ya las once de la noche después de un caluroso día de Julio. Dorotea y Timotea habían pasado el día en la playa, pero aún así, Timotea no tenía sueño, por lo que le pidió con mucho cariño a su querida mamá que la contara un cuento.

Curiosamente, por aquella época, Dorotea estaba preparando un trabajo escrito a cerca de la “Hora del cuento”, ya que debía de dar una charla a un reducido grupo de estudiantes de magisterio dentro de poquito tiempo.

Por lo que, aquel día, Dorotea estaba tan metida en el mundo de los cuentos que no le costó mucho, a pesar del cansancio, abrir uno de los libros preferidos de Timotea y empezar a leer…

Pero antes de contaros cuál era el libro con el que Timotea disfrutó esa noche, quiero mostraros el trabajo en el que Dorotea estaba inmersa por aquel tiempo…Y dice así:

Voy a hablaros de la mágica hora del cuento. Y os preguntaréis, ¿Qué es la hora del cuento? La hora del cuento, técnicamente, es un momento en el que gracias a la escucha, los niños mejoran sus funciones lingüísticas y comienzan a adquirir las herramientas necesarias para comenzar a iniciarse en el mundo de la lectura. Pero, en mi opinión, el verbo que mejor define la hora del cuento es el verbo “disfrutar”. El objetivo principal de los niños es que disfruten escuchando un cuento, que lo sientan, que les transmita, que les emocione o que simplemente les haga sonreír.

Desde tiempos inmemorables, la difusión de las historias ya sea de forma contada, narrada o simplemente leída, es algo que nos ha acompañado y nos acompaña constantemente. Hoy día, el momento en el que los niños se reúnen alrededor de una buena historia, o simplemente el momento en el que un padre o una madre le lee un cuento a su niño para dormir o incluso para desayunar, es un momento sagrado, sin duda alguna. Pero, por supuesto, vosotras, los maestros y maestras de educación infantil, no podéis pasar por alto este mágico momento, sino que tiene que ser una bonita costumbre en la jornada del día a día.

Y os preguntareis, ¿Cuáles son los beneficios que aporta el momento del cuento? Pues mirad, tenéis en vuestras manos (y tenemos) un recurso maravilloso con el que aparte de disfrutar, como bien hemos dicho, desarrollan muchas capacidades necesarias en estas edades tan tempranas.

Para empezar, al escuchar un cuento, el niño comienza a desarrollar esa capacidad de escucha y atención que tan imprescindible le resultará en su vida como aprendiz. Además, como bien decíamos antes, con sólo la escucha, se empiezan a desarrollar muchas de las funciones lingüísticas necesarias para un inicio hacia la lecto-escritura, aumentando también, por supuesto, su creciente vocabulario.

Por otra parte, gracias a la escucha de una historia, los más pequeños comienzan a desarrollar ese gran mundo de la imaginación, empezando a crearse imágenes a partir de lo que escuchan, algo que, sin duda, es imprescindible en la mente de un niño y de cualquier adulto.

Además, gracias a los cuentos, podemos transmitirles también muchos de los valores necesarios en la educación, ya que con sólo escuchar las historias de los personajes, las hazañas que viven y los aspectos positivos y negativos que aparecen, el niño comenzará a interiorizar todos aquellos aspectos necesarios en su formación como persona. Pero no sólo aprenderá valores, sino que gracias a esos personajes, el niño podrá comenzar a experimentar sentimientos como la empatía al sentirse identificado, en muchas ocasiones, con la historia que viven los protagonistas.

Por lo tanto, debemos tener en cuenta que nos encontramos ante un mundo que debemos saber manejar de la mejor forma, ya que si lo hacemos correctamente, empezaremos a abrirles las puertas a nuestros niños hacia el maravilloso universo de la lectura, aquel que sí forjamos ya desde pequeñitos, querrán visitar constantemente.

Por ello, me gustaría hacer hincapié en cómo debemos manejar correctamente éste momento tan maravilloso, ya que si lo hacemos como es debido, podremos aprovechar al máximo todo lo que nos ofrece.
Debemos tener en cuenta que para que el momento del cuento sea un momento esperado por todos los niños, hemos de saber bien como iniciarlo, como desarrollarlo, y como finalizarlo. Para animarles a la lectura, aunque suene obvio, nosotros hemos de estar también animados, los niños han de notar que nos apasiona ese momento, que lo vivimos con ímpetu y que deseamos siempre que llegue, ya que solo así podremos transmitirles la ilusión y el ánimo que necesitan para disfrutar al completo de la hora del cuento.
Respecto a lo anterior, es conveniente crear un feedback entre el maestro y los alumnos, ya que sobretodo en estas edades tan tempranas, es costoso mantener la atención de todos los pequeños.

Y, para ello, no hay nada mejor que las preguntas. Sin embargo, hay que saber qué preguntas hacer y en qué momento realizarlas.

Antes de comenzar la hora del cuento, es conveniente realizar unas preguntas que le animen a la actividad, ya que solo con esta motivación conseguiremos enganchar la atención de todos los niños desde el primer instante. Éstas preguntas pueden ser algunas como: “¿Alguna vez os han dicho que teníais las orejas grandes?”. La pregunta, como vemos, siempre deberá ir acorde con el tema del cuento. Otra pregunta muy común es preguntar de qué creen los niños que puede tratar el cuento, siendo esta pregunta de las más comunes a la hora de narrar o leer un cuento, ya que es bueno que comiencen a hacer divagaciones e hipótesis sólo a raíz de un dibujo, en este caso el de la portada. Sin embargo, este momento no puede ser muy extenso, ya que si lo alargamos demasiado podemos comenzar a perder su atención.

Por otro lado, una vez que ya hemos comenzado el cuento, hemos de ir observando cómo están de metidos en la historia los niños. Si vemos que están completamente enganchados a lo que les estamos contando, no hará falta ninguna interactuación por nuestra parte. Pero, en el caso de que veamos que necesitan algo más de motivación, es bueno incluir preguntas como: “¿Y qué haríais vosotros ahora?”, siendo ésta última pregunta muy común en el caso de contar el cuento sin el libro o un cuento que no contenga imágenes.
Y por último, os preguntaréis “¿Y qué hacemos cuando acabe el cuento?”. Cuando hemos finalizado el cuento, las primeras preguntas que hagamos siempre han de ser subjetivas, tales como: “¿Os ha gustado?”, “¿Qué es lo que más os ha gustado?”. Y alguna otra que le ayude a acercar el cuento a su realidad más cercana, como por ejemplo: “¿De qué personaje os haríais amigo?”.

Sin embargo, no todas las preguntas son aceptables a la hora del cuento. Existen ciertas preguntas que son completamente innecesarias y que no respetan la etapa evolutiva del niño. Nunca, bajo ningún concepto, podremos preguntar cosas de memoria para ver si el niño ha prestado atención, ya que además de ponerle en una situación tensa, le daremos un sentido estricto a la hora del cuento el cual no coincide en absoluto con nuestro objetivo principal, es decir, que sea un momento de disfrute para el niño. Como tampoco, por supuesto, podremos preguntar aspectos concretos en los que, quizás, nosotros sí nos fijaríamos, pero el niño no.

Y bien, una vez que sabemos cómo debemos interactuar con el niño a la hora del cuento, os voy a explicar las tres grandes estrategias utilizadas en relación al cuento.

Para empezar, nos encontramos con una de las estrategias más comunes desde tiempos inmemorables: el cuentacuentos. En definitiva, al contar un cuento lo que hacemos es narrar una historia por medio de la palabra, sin necesidad de imágenes explicativas, utilizándose como única herramienta la imaginación. Y, para ello, existen gran cantidad de técnicas que nos ayudan a que nuestra interpretación del cuento sea lo más llamativa y expresiva posible. Hay que darse cuenta de que a la única figura que van a atender los niños es a nosotros, no contamos con ningún soporte físico como un libro. Por lo tanto, debemos estar constantemente pendientes de la reacción de los niños, intentando llamar su atención en algún momento dado mediante un cambio de voz, un sobresalto y cualquier gesto que les devuelva de nuevo a la historia. En este caso, también podríamos añadir preguntas como bien decíamos antes, incluso preguntas que les haga interactuar a las propios niños con la historia. Algunas ejemplos podrían ser: ¿A ver cómo suspiraba..?, ¿A ver cómo le daba un beso…? etc.

Otra de las grandes técnicas utilizadas es la narración de un cuento. Para esta ocasión, también hemos de aprendernos el cuento y saber contarlo con nuestras palabras, ya que únicamente utilizaremos el libro para mostrarles las imágenes, no lo leeremos directamente. Ésta es una técnica muy utilizada en la primera etapa de infantil, ya que aún los niños no cuentan con la capacidad de atención suficiente como para seguir una historia sin soporte visual. Para esta ocasión, existen libros especiales llamados “Libros de aula” que poseen un formato más grande que permite que los niños puedan ver las imágenes de manera más fácil.

Y, por último, no podía faltar la técnica de la lectura de un cuento. Ésta técnica, realmente es de las más utilizadas ya en la segunda etapa de infantil, cuando los niños sí comienzan a poseer capacidad de atención. En la lectura de un cuento, únicamente nos limitamos a leer literalmente lo que pone en el texto, por lo que tenemos que tener sumo cuidado con nuestra lectura, la entonación que le damos( al igual que en el cuentacuentos, es conveniente cambiar las voces de los personajes) y, por supuesto, el contacto visual que tenemos con los niños, ya que debemos intentar no volcarnos por completo en libro y aislarnos del resto, porque si lo hacemos de esta forma no conseguiremos captar su atención.

 En definitiva, éstas son las tres técnicas más utilizadas, pero ante todo, no puedo olvidarme de resaltar que hay que intentar mantener una coherencia a la hora de introducirles la hora del cuento, ya que se suele cometer el gran error de decirles: “Os voy a contar un cuento”, y luego resultar que en vez de contarlo lo que vamos a hacer es leerlo. Hay que tener bien claro que si les vamos a leer un cuento, hemos de decirles “Os voy a leer un cuento”, y en el caso de que se lo vayamos a contar realmente, ya podremos decir tranquilamente “Os voy a contar un cuento”.

Y este era el trabajo en el que Dorotea estaba inmersa con la intención de mejorar un poco la hora del cuento en las aulas de educación infantil.

Pero volvamos a la habitación en la que se encontraban Dorotea y Timotea. Allí estaban ambas, Timotea ya junto a su peluche “Lucho” y Dorotea abriendo aquel cuento que tanto le gustaba a su niña, el cuento llamado: “Adivina cuánto te quiero”.

Así que allí se quedó Dorotea, disfrutando del placer de leerle el cuento a Timotea antes de ir a dormir, viendo cómo comenzaba a caer en aquel profundo sueño introducido por una gran sonrisa, mientras las estrellas de aquella calurosa noche de Julio dibujaban un bello paisaje en el cielo.



WEBGRAFÍA


http://cuentosparadormir.com/content/page/el-valor-de-los-cuentos-como-parte-de-la-educacion-y-la-vida-familiar

http://www.educarchile.cl/UserFiles/P0001/File/CR_Articulos/La%20hora%20del%20cuento.pdf

http://www.slideshare.net/sara87/pautas-para-contar-un-cuento-presentation

http://www.educacioninfantil.com/educacion-infantil/item/105-como-contar-los-cuentos


ALGUNOS SITIOS INTERESANTES



http://www.puroscuentos.com.ar/2010/08/trucos-y-tecnicas-para-cuentacuentos.html

http://portal.educ.ar/debates/eid/docenteshoy/otras-publicaciones/como-contar-cuentos.php

http://www.cuentacuentos.cc/

http://www.cuentacuentos.cc/


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